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La temporada decembrina en Yucatán se caracteriza por la calidez y sosiego que se respira en el ambiente, es un momento lleno de color y tradiciones que reflejan la rica herencia cultural de la región, por tal razon, MUREM se encarga de representar cada una de estas costumbres con la exhibicion de los elementos decorativos, para preservar su uso en contraposicion a la iconografia global, omitiendo el arbol navideño y Santa Claus por iconografia local.

Las celebraciones navideñas y religiosas alrededor de México, inician a partir del 12 de diciembre, fecha en la cual, se pueden observar y escuchar a los antorchistas guadalupanos, quienes han estado corriendo de pueblo a pueblo como promesa a la Virgen de Guadalupe, llenando las calles seguidos por los carros ornamentados que les han acompañado en sus recorridos, con sirenas y pirotecnia en honor a la Virgen en su cumpleaños, manifestando devotamente su fe católica.

La rama navideña es una tradición adicional que empieza del 1o al 11 diciembre, en la cuál se adorna una rama de palmeras (huano) o murraya (limonaria yucateca), con esferas, globos u otros elementos decorativos y un imágen de la Virgen de Guadalupe. Esta práctica refleja la abundancia y la generosidad característica de la temporada, ya que los infantes van de casa en casa cantando un villancico particular para solicitar un aguinaldo simbólico.

Uno de los elementos decorativos y dinámicos más comunes durante la celebración de Las Posadas navideñas es la piñata. Históricamente, la piñata tiene origen oriental, pero durante la colonización mesoamericana, fue utilizada como un método de evangelización y enseñanza de las doctrinas cristianas.

Las costumbres navideñas en México, están llenas de elementos regionales, que han permanecido arraigadas durante siglos y han florecido como la flor de nochebuena en diciembre. Este elemento decorativo se ha popularizado alrededor del mundo. La mitología prehispánica narraba que el espíritu de los fallecidos se alimentaban del néctar de esta planta. Asimismo, el color escarlata representaba la sangre de los sacrificios ofrendados al sol para renovar sus fuerzas durante la época invernal.

Antes de la popularización del icónico Santa Claus en el imaginario colectivo, los niños mexicanos esperaban con gran anhelo recibir la visita del niño Jesús, quien traía consigo juguetes en retribución por su buena conducta. Los juguetes eran regularmente piezas tradicionales. En Yucatán, era común recibir juguetes artesanales, como muñecas de trapo, porcelana o barro, asimismo, trompos, baleros, resorteras e incluso autos de madera, apreciando la simplicidad y la creatividad en medio de la abundancia material.

Para darle la despedida al año, se realiza una de las prácticas más distintivas de la región, la quema de muñecos de año viejo. Esta práctica tiene como significado desligar las peripecias y contratiempos del año concluyente para dar la bienvenida a nuevas oportunidades y experiencias. La creación del muñeco es un proceso colaborativo que involucra la creatividad familiar en la confección de la figura de papel maché vestida con ropa vieja y rellena de periódico y un arsenal de pirotecnia que se encenderá la medianoche del 31 de diciembre.

La temporada decembrina en Yucatán es una época en la que las tradiciones se entrelazan con la esencia cultural de la región y las costumbres globales. Cada práctica refleja valores fundamentales de unidad, generosidad y fe.